«Es el primer país de la UE en trasponer el Plan comunitario orientado a poner fin, también, al furtivismo».
Según publica ABC, España ha sido el primer país de Europa en trasponer el Plan de la Unión Europea(UE) para luchar contra el tráfico ilegal y el furtivismo internacional de especies silvestres, que en nuestro país se denomina Plan TIFIES.
El Plan incluye actuaciones que pueden contribuir a evitar la extinción, por ejemplo, del rinoceronte, que recientemente, el 22 de septiembre, celebraba su Día Mundial.
Existen en la actualidad cinco especies de rinocerontes, dos presentes en África (rinoceronte negro y rinoceronte blanco) y tres en Asia (rinoceronte de Java, rinoceronte indio y rinoceronte de Sumatra). Todas están amenazados y tres de ellas, en concreto, el rinoceronte de Sumatra, el negro y el de Java, se encuentran en peligro crítico de extinción.
Las causas de este declive están relacionadas con las actividades humanas. A los rinocerontes se les mata intencionadamente para cortarles sus cuernos, muy demandados por sus supuestas propiedades medicinales o afrodisíacas.
«A los rinocerontes se les mata intencionadamente para cortarles sus cuernos». (Imagen ABC).
En las zonas más afectadas por el furtivismo y el tráfico ilegal de rinoceronte existen, además, problemas asociados de inseguridad y corrupción como consecuencia de la presencia de mafias y redes delictivas dedicadas también al tráfico de armas y drogas.
En el ámbito nacional, el plan TIFIES contempla reforzar la cooperación interministerial. De manera particular, se está colaborando activamente con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil en la mejora de la eficacia de lucha contra el tráfico de cuerno de rinoceronte, informa el Ministerio para la Transición Ecológica en una nota.
El plan TIFIES también contempla ayudar a los países de origen a través de un proyecto conjunto con el resto de países de la UE (Euroscout) que aumentará la capacidad operativa del personal de vigilancia de las comunidades locales en distintas áreas de África mediante su formación y dotación de medios.
«La Mesa Gallega por la Caza exige una rectificación al diario orensano».
Un artículo de opinión escrito por Chico Outeirño desde la ignorancia y cargado de odio hacia la caza y los cazadores provoca rechazo y malestar en el colectivo cinegético.
Parece claro que la veda contra el colectivo cinegético está abierta y a esta moda se suman cada vez más los ‘palmeros’ de la desinformación, como en esta caso el diario La Región de Orense, haciéndose eco en sus páginas de un artículo de opinión insultante para un colectivo de más de 40.000 galleg@s. Este diario debería plantearse seriamente la repercusión negativa que puede sufrir, insultando y vejando a muchos de sus lectores, que tienen en sus manos dejar de colaborar con este medio escrito
Falsas insinuaciones, descalificaciones, mentiras y hasta insultos se permiten en un artículo que desprende aversión y desprecio hacia el colectivo cinegético por los cuatro costados y en el cual se le consienten al autor calificativos vejatorios refiriéndose a los cazadores como: plaga, exterminadores de vida, depredadores o mismo comparándonos con las actuaciones ‘nazís’, porque según el susodicho el campo es un territorio en guerra.
Dado que al autor se le permite el insulto y la descalificación gratuita, con la complicidad del diario escrito, nos permitimos la licencia de aclararle algunos conceptos de cara a su próximo artículo de opinión.
La caza no es ningún deporte de matar al que usted dice odiar, la caza es gestión, la caza es una pasión inherente al ser humano la caza es control de poblaciones, la caza es un recurso más en el medio rural gallego, la caza es economía, la caza es minimizar daños tanto en cultivos como en prevención de accidentes de circulación… Y si todo eso le parece poco, la caza es compañerismo, es solidaridad, es unión… Es todo eso y más que usted muy probablemente nunca alcance a entender.
Y si grave es la ignorancia de opinar acerca de una actividad con total desconocimiento de la misma, más repugnante resulta aún comprobar la mala fe de dirigirse a quienes la practican bajo calificativos como: guerreros dominantes, exterminadores de vida o incluso comparando a los cazadores con ‘nazis’…
Mención aparte requiere informar a todos los lectores, incluidos los de La Región, que a pesar de las falsas acusaciones del columnista de la Región, donde prácticamente tilda al colectivo de tener ‘licencia para matar’, la caza es una actividades más seguras de las que se practica en el medio natural, con un índice de siniestralidad muy bajo, aunque le pese a algunos como este individuo.
La Mesa Gallega por la Caza comparte la indignación del colectivo cinegético al tiempo que está estudiando la posibilidad de iniciar acciones legales, para esclareces si las acusaciones vertidas pudiesen ser constitutivas de algún tipo de delito.
El presidente de la Federación Extremeña de Recovas, Francisco Javier Mejías Barrero, el vicepresidente, Manuel Ovejero y el secretario Quirico Matamoros.
Desde la Federación Extremeña de Recovas y después de haber recibo recientemente un nuevo ataque por parte de ARRECAL, dando a conocer a todos los compañeros algo que no han trabajado y que lo que se ha conseguido en materia de desparasitación de perros en Extremadura, se apuntan el resultado como un logro alcanzado por ellos, cuando la verdad es que no pusieron ‘ni el huevo’ en este tema.
Teniendo en cuenta que se reunieron con el señor José Antonio Monago, que aunque tuviera buena voluntad, la verdad es que esta en la oposición. Lo más lógico es que la reunión se hubiera mantenido con, Guillermo Fernández Vara, presidente de la comunidad de Extremadura. Pero estimamos que no fue el camino más elocuente en su proceder.
El nuestro fue el siguiente y lo hacemos público: nos remitimos al día después de la publicación del decreto, que obligaba a la nueva periodicidad de desparasitación de los perros en la comunidad autónoma de Extremadura. Al día siguiente ya habíamos pedido cita con dicha persona en la administración para debatir este asunto, a los 15 días se nos atendió y tras una tarde de consensuada charla entre ambas partes, acordamos la aprobación del decreto que últimamente se ha publicado.
Mientras que la Federación Extremeña de Recovas, atacó directamente al foco del problema, con la directora general de salud pública, quien firmaba el decreto que se ponía en vigor. Dª Pilar Guijarro, en su despacho, debatiendo y haciéndole entender la sinrazón de ese decreto, buscamos la solución menos mala para el mundo de la rehala. En un tono muy cordial, se buscó el acuerdo entre ambas partes que ahora se ha publicado en firme, en los mismos términos que acordamos aquel día en su despacho. Pero que tardarían unos meses para modificar el decreto .Dar las Gracias públicamente a La Directora de Salud Pública. Dª Pilar Guijarro por la atención prestada en dicha reunión y por su cercanía al dialogar entre los rehaleros sobre la desparasitación de nuestros fieles compañeros de caza.
Es normal que esta federación Extremeña de Recovas está molesta, con este grupo de personas de esa asociación, que directamente se apuntan el trabajo de otras personas y se felicitan entre ellos.
La Federación Extremeña de Recovas, constituida y formada por las cinco asociaciones de rehalas presentes en toda la comunidad autónoma de Extremadura, que congrega al 90 % de los núcleos zoológicos de la comunidad autónoma, está abierta a trabajar con cualquiera que les solicite sus servicios, en beneficio de la rehala. Pero ciertos ataques por parte de semejantes compañeros no los podemos consentir.
Tenemos que reconocer, que el día 14 de septiembre, en el Consejo Regional de Caza celebrado en Badajoz durante la feria de Feciex, D. José María Gallardo Gil, Presidente de la Federación Extremeña de Caza, nos felicitó expresamente en público delante de todos los asistentes, a nuestra Federación Extremeña de Recovas, por el buen trabajo que habíamos realizado en materia de rehalas, cosa de elogiar por nuestra parte.
Una vez más el trabajo por parte la Federación Extremeña de Recovas dio su resultado.
Aprobaba la mediada y publicada recientemente, queda de este modo: la desparasitación de los perros de caza se ha fijado cada 8 semanas solamente durante la temporada de caza (octubre a febrero) y el resto del año cada 6 meses.
Nota de prensa de la Federación Extremeña de Recovas
El equipo de caza de Solognac España: Curro, Aitor, Javier, Juan, Carlos y Adrián.
El pasado martes 9 de septiembre fue la fecha elegida por Decathlon España y su marca cinegética Solognac para presentar sus novedades a la prensa especializada de cara a esta incipiente temporada 2018-2019.
El marco elegido no podía ser mejor, FincaMochares, en Nambroca, Toledo, y a las puertas de la misma capital castellano-manchega.
Los participantes eran recibidos con un espléndido desayuno-lunch en el pabellón de caza de la finca, que luce parte de los magníficos trofeos cazados por el director y propietario de FincaMochares, Juan José López del Cerro, y por su padre.
Sin más dilación se pasó a la presentación, en las carpas perfectamente acondicionadas para tal propósito en el patio de la casa.
Tomó la palabra Carlos Aparicio, director comercial de caza para Decathlon España y que también representa a Solognac en nuestro país. En primer lugar agradeció a los asistentes su presencia y a todas aquellas personas o entidades que participaron en la organización de la presentación, en especial a Decathlon España, por su fuerte apuesta por la caza, y al equipo de caza de Decathlon España que le acompañaba: Curro, Aitor, Javier, Juan y Adrián; cazadores y expertos en cada una de las distintas modalidades de caza, y que colaboran con Carlos en la parte del lanzamiento de los productos, qué productos elegir, qué gamas elegir para España, ya que Solognac es una marca que trabaja para todo el mundo.
Después señaló que durante las presentaciones “vamos a hablar sobre la durabilidad de nuestros productos, de la vegetación, de las condiciones climáticas… Solognac es camuflaje, camuflaje, podemos decir aquí, facilitar el encuentro del cazador con el animal, aquí vamos a tratar mucho de colores, de ruido, de olor, de forma, de cómo vamos a trabajar este tipo de textiles para facilitar ese encuentro del cazador con el animal; y, por supuestísimo, y en pros, metemos la seguridad por encima de todo, la practica de la caza con seguridad, creemos que es algo donde tenemos bastante ventaja y un potencial muy grande, aquí tenemos que apoyar y concienciar a cazadores y a nuestros usuarios y clientes que la caza se debe practicar con seguridad para disfrutar de ella”.
Solognac es una marca sinónimo de resistencia, para satisfacer a los cazadores que practiquen cualquier modalidad, desde los que se inician hasta los más expertos, centrándose en la caza menor en llanura y bosque, en la caza de acuáticas y migratorias y en la caza mayor en batida y rececho, trabajando para ello todo tipo de productos: accesorios, calzado, textil, munición…
El equipo de diseñadores de Solognac basa su trabajo en escuchar y observar a los cazadores mientras que cazan, además los ingenieros de producto, modelistas y los ingenieros de pruebas sobre el terreno están especializados y son todos cazadores, por lo que los productos de la firma francesa son tremendamente prácticos, pensados y trabajados por cazadores para cazadores.
De la presentación que hizo el equipo de caza de Solognac nos ocuparemos en un próximo artículo para, por último, pasar la prueba de fuego, cazando en Finca Mochares con equipación y munición de la firma francesa perdices, faisanes y conejos.
Según informa El Norte de Castilla, un disparo de rifle, según todos los indicios, «fortuito»,acabó a primera hora de la tarde de ayer con la vida de un chico de tan solo trece años en el transcurso de una cacería de jabalíes, en la que se encontraba en compañía de unos familiares, que tuvo lugar en un monte situado en el término municipal de Villalba de los Alcores, una localidad de cuatrocientos habitantes situada a 35 kilómetros al norte de Valladolid.
Los hechos tuvieron lugar a las 13:30 horas en un paraje situado cinco kilómetros al sureste del casco urbano de Villalba de los Alcores, entre un monte público y una finca denominada Santa María, donde tenía lugar una partida de caza de jabalíes, una práctica habitual es esta localidad, en la que residen en dos fincas próximas un tío y uno de los abuelos de la víctima, G.M.M., de 13 años.
El joven se encontraba apostado en un puesto junto a un familiar, cuando recibió un «disparo accidental» de un rifle y el proyectil le alcanzó en la cabeza, según se limitaron a confirmar ayer fuentes de la Subdelegación del Gobierno, que incidieron en que la investigación de la Guardia Civil apunta a que se trató de un «accidente de caza».
La idea es establecer una red de comunicación y colaboración con el colectivo de cazadores de esta especie.
Promovido por un apasionado grupo de lebrero de las comarcas del Bidasoa, Baztan y Bera fundamentalmente y de la Sakana y Larraun, el Gobierno de Navarra lleva tiempo trabajando con ellos con el fin de profundizar en el estudio de la misma, las causas de su declive y las pautas para su recuperación.
A tal fin el pasado 21 de septiembre promovido por la Sección de Gestión de la Comarca Atlántica del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y Gestión Ambiental Navarra, se convocó a los interesados y a los representantes de los cazadores de Navarra para trasmitir lo que hasta la fecha se está haciendo, marcando las pautas que se pretenden con ello, que es el profundizar en el conocimiento del estado y las características de nuestras poblaciones de liebre europea, identificando los factores que influyen en su distribución y que afectan a su abundancia para poder utilizar mejor las herramientas de gestión disponibles desde un punto de vista global (cinegético, forestal, agrícola-ganadero).
La idea es establecer una red de comunicación y colaboración con el colectivo de cazadores de liebre europea en Navarra, que actualmente está circunscrita a las zonas anteriormente referenciadas, pero como lógicamente el territorio donde vive esta especie excede a la Comunidad Atlántica, resto de la zona pirenaica y prepirenaica donde habita esta especie, ya existen grupos de cazadores de otras zonas que están dispuestos a colaborar. A tal efecto Adecana se está poniendo en contacto con otras asociaciones de cazadores y cazadores que les han manifestado su interés en colaborar en esta interesante propuesta. El técnico de la gestión del Departamento de Medio Ambiente es Alberto Lizarraga, colaborando con él el Guarderío Forestal de la zona.
Lo que se pretende es estudiar la situación sanitaria de la especie, los parámetros reproductivos y el estatus genético actual de nuestras poblaciones de liebre europea. Para ello, se va a proceder a una toma de muestras de animales cazados, atropellados, o encontrados muertos, procesándolos y enviando las mismas a laboratorios avisando para ello a los técnicos a los técnicos de GAN Alex o Vanesa, o al Guarderío Forestal de Bidasoa 608 245812, Ultzama Arakil 679 996810, ó de Urbasa 608 417635.
A través de ellas se pretende estudiar su DNA mitocondrial (genética), cicatrices uterinas de las hembras (reproducción), y las principales enfermedades que les puedan afectar.
Alberto Lizarraga, técnico de caza externo que desarrollará el estudio, afirma que con este estudio se va proceder a la identificación y descripción de las zonas de presencia continuada de liebre europea para conocer los factores que determinan dicha presencia, llevando a cabo para ello muestreos nocturnos del guarderío forestal y por parte de los cotos de caza, así como encuestas a lebreros voluntarios.
Tras ello se va a proceder a una puesta a punto de una metodología óptima de estima de abundancia para la especie que permita establecer otros métodos de aprovechamiento sostenible en 4 áreas de estudio a partir de zonas donde la especie goce de presencia continuada, tales como muestreos nocturnos en marzo y agosto, diseño y muestreo de recorridos de indicios en primavera y otoño, estimas de abundancia a partir de las jornadas de perreo y de caza. Con ello lo que se trata de establecer es una red de toma de datos sostenible en el tiempo, necesitando para ello lebreros voluntarios que colaboren, consiguiendo con ello llevar a cabo un análisis de las diferentes estimas de abundancia y valoración de su aplicación para el establecimiento de otros métodos de aprovechamiento sostenibles como los precintos.
Por ultimo, se pretende la indentificación de los puntos de elevada siniestralidad en carreteras para la especie en la comarca atlántica, necesitando para ello la colaboración de cazadores, agricultores y técnicos voluntarios.
«A fecha de hoy, después de más de tres años, la Conselleria todavía no ha concretado algunas de las demandas».
Según informa el diario Levante, el Partido Popular de la provincia de Castelló ha denunciado la «falta de sensibilidad» del Consell de PSOE y Compromís con los cazadores porque, «a medio año para acabar la legislatura, siguen sin atender todos los problemas planteados por la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana al principio de la misma».
El coordinador comarcal de la zona norte de la provincia, Iván Sánchez, ha lamentado que «la falta de agilidad de la Conselleria de Medio Ambiente para atender todas las demandas de los cazadores». Por ello, Iván Sánchez ha exigido «mayor celeridad» al Consell porque «estamos hablando de un sector que es generador de empleo y un importante motor económico para la provincia de Castelló». Para el responsable comarcal del PPCS en la zona norte, !estamos viendo como el Consell retrasa la modificación de ciertas órdenes de caza» por lo que «evidencia la falta de sensibilidad del gobierno valenciano con el sector cinegético».
«A fecha de hoy, después de más de tres años, la Conselleria todavía no ha concretado algunas de las demandas», por lo que «les pedimos agilidad porque estamos hablando de un sector muy importante para nuestra provincia».
La Consejería de Medio Ambiente realiza un control a estos animales que se encuentran en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
El Centro de Referencia de la Cabra Montés de la Nava de San Pedro ha realizado un chequeo a 30 animales de esta especie que vive en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Se trata de un control anual en el que también han participado alumnos del Centro de Capacitación Forestal de Vadillo Castril. El objetivo es poner en valor a estos ejemplares que forman parte del patrimonio de la biodiversidad de la provincia.
Además, también se han soltado a tres machos de corta edad que estaban en este centro dependiente de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. El delegado del área, Juan Eugenio Ortega, ha explicado que “se trata de un control que se realiza anualmente por el personal técnico del Parque Natural, con el que colaboran Agentes de Medio Ambiente y veterinarios”.
El examen médico permite controlar enfermedades como la brucelosis, lengua azul y paratuberculosis mientras que también se desparasitan y se identifican de manera individual. De esta manera, se controla a las cabras montesas y se “preserva genéticamente a las poblaciones del parque” según Ortega.
Suelta de uno de los ejemplares de cabra montesa. / Junta de Andalucía.
Especie de interés
Para la Consejería de Medio Ambiente, la cabra montés es un elemento cinegético de primer orden y centro de muchos estudios para poder conocerla mejor ya que está presente en gran parte de los ecosistemas de montaña. Además, está calificada como un endemismo ibérico ya que se encuentra en las zonas montañosas de la Península Ibérica.
Fuentes de la Consejería señalan que «es una especie clave en la conservación de la biodiversidad de los hábitats de alta montaña donde se encuentra». Por otra parte, los diferentes puntos donde se encuentra presentan una alta variabilidad morfológica, aspecto de gran interés para los coleccionistas que tiene repercusiones positivas en la economía local.
Docenas de cadáveres se acumulan en muchas zonas provocando un olor insoportable.
Según informaciones recogidas por ABC Sevilla, los galgueros de Arahal han decidido no salir a cazar después de comprobar los estragos que está provocando la mixomatosis en las liebres. Mueren por docenas, incluso hay zonas en las que ya se acumulan los cadáveres dando un olor insoportable. El domingo 7 de octubre, primer día de veda, salieron y sólo pudieron enterrar cadáveres o limpiar los ojos de las pocas que aún quedan vivas.
Imposible salir a cazar liebres este año y probablemente así será también en los siguientes. A esta conclusión han llegado en la Sociedad Deportiva de Caza Arahalense. «De seguir así la liebre puede extinguirse y poco podemos hacer para solucionarlo», dice el secretario David Sánchez.
El domingo pasado acompañó a una veterinaria, técnica de la Consejería de Medio Ambiente, para que hiciera las analíticas oportunas en el campo, durante el primer día de veda. Iba también un grupo de galgueros que les acercaban las liebres, muertas o enfermas.Recogieron muestras de sangre y de órganos internos del cuerpo para analizar en el laboratorio.
Un ejemplar de liebre afectada por mixomatosis encontrada este fin de semana en Arahal – C. González.
La mixomatosis es una enfermedad infecciosa que hasta ahora se registraba sólo en conejos. Se trata de un virus caracterizado por la aparición de tumefacciones en mucosas y piel. El animal se queda ciego y se le inflama el aparato excretor.
No obstante, según David Sánchez, «la liebre está sana, lo único es que a causa de la enfermedad se queda ciega y deja de comer». Abrieron hasta diez ejemplares, y lo que encontraron era que el estómago lo tenían vacío. Los cazadores se las encuentran en cualquier lugar del campo, la que aún está viva, no se mueve ni huye cuando oye la llegada del galgo o del hombre.
La Sociedad Deportiva de Caza Arahalense puso en conocimiento de la Federación Andaluza de Caza hace más de un mes la llegada de la enfermedad a la zona, cuando aparecieron los primeros ejemplares. Pero no todas las asociaciones están haciendo lo mismo.
El coto galguero de Osuna también ha anunciado en estos días que cerraba la temporada de caza por la misma razón. Han decidido salir para buscar ejemplares enfermos e intentar salvarlos.
La primera medida tomada en Arahal es no salir a cazar, porque es imposible, no se encuentra ni una en buen estado. «Hace un mes encontrabas una o dos muertas, ahora de diez en diez», explican los cazadores.
La segunda medida que ya se plantean es coger algunos ejemplares enfermos y cuidarlos para que la especie continúe adelante. «La liebre no es como el conejo a la hora de reproducirse, una sola pareja puede tener decenas de conejos», explican. La liebre en tiempo de reproducción tiene uno o dos ejemplares, por lo que a la velocidad que la mixomatosis está acabando con ellas, existe incluso la posibilidad de que se extinga la especie.
El problema de tomar la decisión de cuidar a los ejemplares enfermos encontrados es que esas liebres no se podrán soltar hasta que la enfermedad no desaparezca del todo del campo y esto es difícil de predecir. «Los cazadores somos los primeros interesados en que no pase esto, hace unos años ocurrió con los pájaros, una enfermedad le impedía reproducirse y dejamos de cazar hasta que todo volvió a la normalidad», cuenta el secretario de la asociación de Arahal.
La Sociedad Deportiva de Caza Arahalense convocó a sus socios a una reunión el pasado jueves para comunicarles la situación. Los galgueros salen al campo solo para comprobar que la enfermedad está diezmando a las liebres y ya incluso hay conejos que también la tienen.
De hecho la mixomatosis es una enfermedad que siempre se ha dado en conejos, masivamente este es el primer año que ataca a las liebres y nadie sabe la razón ni cómo enfrentarse a ella.
El futuro en estos momentos es incierto y desalentador. Y algunas voces aseguran ya que si la liebre desaparece, la afición de los galgueros llevará el mismo camino.
Autoridades de la India buscan dar caza a una tigresa llamada T-1. Anteriormente, intentaron con trampas, elefantes y cebo, sin éxito.
En los últimos meses, los cazadores de Indiaestán detrás de una tigresa llamada T-1, acusada de matar a 13 personas en la ciudad de Pandharkawada, ubicada en el estado de Maharashtra. Los cazadores intentaron con trampas, elefantes y cebo, pero nada dio resultado. Ahora recurrirán al perfume de Obsession, de Calvin Klein, para poder atrapar al felino.
«Sé que suena gracioso. Pero qué más podemos hacer», dijo Sunil Limaye, uno de los oficiales forestales que lideran la búsqueda de T-1, al New York Times.
Los tigres generalmente no cazan humanos, pero con su área natural cada vez más mermado, T-1 pudo haberse dirigido a los humanos como último recurso. Según reportaron diarios locales, los responsables del operativo para cazarla han usado desde cámaras trampa, drones y patrullas a pie. Ninguno tuvo éxito.
Incluso, se intentó acorralar al felino con un elefante. Pero esto terminó una tragedia y mató a una mujer en otra aldea. Además, los cazadores recurrieron a ofrece cebo de caballo para atrapar a T-1. Una vez más, la tigresa fue más inteligente y logró comer el cebo antes de huir de la trampa.
Al ver esta situación, los equipos de guardabosques idearon una forma más creativa de cazarla y así llegaron hasta la colonia Obsession de Calvin Klein. Según un veterinario de la India, HS Prayag, citado por BBC Mundo, este perfume contiene un ingrediente conocido como civetona que atrae a los gatos, así como los felinos silvestres grandes.
«Tanto Obsession para hombres como Chanel No 5 tienen una feromona producida por un animal llamado civeta», explicó Prayag.
Si el tigre absorbe este aroma en grandes cantidades pueden llegar a estar lo suficientemente incapacitado como para ser capturado. El plan que tienen los cazadores es simple: rociarán la colonia alrededor de unas trampas que instalaron en un campamento. «Es un juego de esperar y ver», dijo Limaye.
En el 2003, Obsession ya fue usado en experimentos en el zoológico del Bronxen Nueva York.
Las tres entidades más representativas del sector cinegético –la Real Federación Española de Caza (RFEC), la Oficina Nacional de la Caza (ONC) y la Fundación Artemisan (FA)– quieren expresar su más firme condena ante el trato despiadado e insensible que asociaciones y particulares animalistas están realizando contra los cazadores y la actividad cinegética, en general, a raíz del lamentable accidente en el que falleció un menor vallisoletano el pasado sábado.
Para la RFEC, la ONC y la FA es lamentable que se aproveche la muerte de un menor para manipular a la sociedad y generar odio hacia un colectivo, imponiendo prejuicios y estereotipos que atacan impunemente a una actividad lícita y legal, como es la caza, tanto desde particulares –amparados muchas veces en el anonimato de las redes sociales–, como desde asociaciones y sus seguidores, que aprovechan este luctuoso suceso para promocionar sus productos y campañas.
La RFEC, la ONC y la FA trabajan con la Fiscalía General del Estado para que sean castigados los delitos de odio contra los cazadores
Así mismo, piden al Gobierno que reflexione sobre los apoyos que muestra a estos grupos intolerantes que constantemente intentan influir en la sociedad para que discrimine y rechace a colectivos, como el cinegético, que no comulgan con su ideario radical y extremista, en un claro intento de marginar a los cazadores por defender su forma de vida.
Las tres entidades están ya en contacto con la Fiscalía General del Estado para que no quede impune esta criminalización del sector, y solicitan que sean castigados mensajes como los vistos en redes sociales y perfiles de asociaciones animalistas estos días, apoyados en el odio y en la celebración de la muerte del menor. Entre otros mensajes, se ha podido leer en las redes sociales: “Ese será el trofeo de su padre”, “Como el menor estaba relacionado con la caza, es selección natural a favor de la sociedad. Pasa como con los fachas, hay que eliminarlos antes de que se hagan adultos, terminan siendo réplicas hereditarias”, “Felicito de todo corazón a sus padres”,”Los cazadores son un peligro contra las personas” o “Bien muerto está. Donde las dan las toman”.
Los representantes de los cazadores manifiestan su total oposición a la propuesta realizada desde el Gobierno de rebajar las penas a los delitos de odio cometidos en las redes sociales, pidiendo, por el contrario, que éstas sean endurecidas
En esta línea, el sector de la caza reclama al Gobierno que endurezca las penas a los delitos de odio cometidos a través de las redes sociales, manifestando al tiempo su total oposición a la propuesta realizada desde el Ejecutivo de rebajar estas sanciones. En opinión de estas entidades, la iniciativa que estudia el Gobierno supondría una verdadera ‘patente de corso’ para estos ‘odiadores’ y dejaría en completa indefensión a colectivos como el integrado por cazadores, sus familias, empresas, trabajadores del sector, simpatizantes y consumidores, que están siendo sometidos a una ola creciente de ataques oportunistas e indiscriminados con la intención de desacreditarle y marginarles socialmente, al más puro estilo dictatorial y radical, ataques que no pueden quedar amparados bajo el paraguas de la libertad de expresión.
Estas entidades denuncian que los cazadores están siendo sometidos a una campaña continua de discriminación y marginación social orquestada por asociaciones y grupos radicales
Por último, la RFEC, la ONC y la FA quieren dar públicamente su más sentido pésame a la familia y amigos del joven fallecido, y recordar al sector cinegético la importancia de seguir estrictamente las normas y recomendaciones de seguridad en el manejo de las armas de caza y durante el desarrollo de las jornadas cinegéticas.
Suenan ya las caracolas en los montes ibéricos y rehalas y matilhas se preparan prestas para salir a romper urces y jaras en busca de jabalíes y venados. Cuando esto ocurre y el silencio de la sierra cesa con ladras y voces, los monteros sienten la emoción del lance cercano en un grado que sólo los que han tenido la ocasión de ocupar un puesto pueden describir. Tradición y modernidad se unen en estos ‘lances en sepia’, imágenes actuales con sabor añejo.
HERRAMIENTA DE GESTIÓN Y BIEN CULTURAL
Estas sensaciones son percibidas desde hace cientos de años, ya que la montería es una de las modalidades de caza más antiguas en España, surgida de aficiones de reyes y nobles amantes de la venatoria, pero también de la necesidad de nuestros antepasados de ser capaces de abatir grandes reses en un número suficiente, primero, para abastecer de alimento a sus pueblos y, después, para generar un valor añadido a los maltrechos entornos en los que muchas veces se llevan a cabo, siendo, sin duda, la caza en general y la montería en particular una fuente de riqueza y un motor de desarrollo rural de valor incalculable.
Un elemento imprescindible para lograr los resultados esperados, protagonista indiscutible de una buena montería es el número y calidad de las rehalas.
Estos argumentos son importantes para tratar de ubicar a esta ancestral modalidad en el lugar que le corresponde dentro del panorama cinegético nacional e internacional, si bien es importante destacar no sólo esos valores, sino otros muchos de carácter social y etnográfico, hasta el punto de que algunas entidades, como la Federación Andaluza de Caza o la Asociación Española de Rehalas, entre otras, trabajan incansables en busca de un reconocimiento en forma de Bien de Interés Cultural por parte de la Administración pública andaluza. En la montería española se unen tradición y modernidad, caza social y privada, cultura y ocio y, por supuesto, gestión, conservación y aprovechamiento cinegético, argumentos más que suficientes para lograrlo.
Como cazadores debemos ser los primeros en reconcerlos, valorarlos y defenderlos en cualquier ámbito de nuestro entorno y, como gestores, tenemos que ser capaces de aprovechar todo el potencial que esta modalidad representa, en primer lugar, para no defraudar a los monteros que participan en cada jornada mediante la mejor gestión posible, pero también para ser capaces de analizar los resultados y saber interpretarlos, puesto que con ellos podremos conocer de primera mano aspectos como densidades de animales en nuestro coto, especies presentes, relación de sexos y edades y, por supuesto, su estado sanitario, ya que es esencial llevar a cabo un análisis, aunque sea somero, de las reses abatidas, que nos aportarán toda esta información si somos cuidadosos.
Por todo ello, trataremos de ir respondiendo a las diferentes preguntas que nos asaltan en relación con la montería.
¿Por qué la declaración de Bien de Interés Cultural?
El pasado año, la Federación Andaluza de Caza, la Asociación Española de Rehalas y ATECA presentaron la documentación necesaria para llevar a cabo la solicitud de declaración por parte de la Junta de Andalucía de la montería y la rehala como Bien de Interés Cultural en esa región, con el respaldo de más de 150 ayuntamientos andaluces y muchas otras instituciones públicas y privadas.
Tanto la dignidad como el señorío en la montería, debe de alcanzar a todos los elementos que forman parte de la misma, como rehaleros, muleros y otros que, a veces, no reciben el trato que merecen.
Para ello, estas entidades encargaron un informe técnico a la Universidad de Sevilla en el que se acredita la importancia social, económica y medioambiental de esta modalidad.
El objetivo de esta solicitud no es otra que conseguir un reconocimiento oficial que garantice el futuro de esta modalidad tan arraigada en la cultura y tradición de la sociedad andaluza y de otras muchas regiones españolas, puesto que esta declaración llevaría de la mano una protección de la misma.
Claves técnicas para la preparación de una montería
Una buena montería, bien preparada, es casi siempre sinónimo de éxito y, por supuesto, de la posibilidad de vivir todas las experiencias y sensaciones inolvidables. Para ello, la clave principal es llevar a cabo un trabajo continuo a lo largo de todo el año y no sólo durante la temporada de caza.
Por desgracia, ante el aumento ocurrido en los últimos años en los censos de algunas especies de caza mayor, principalmente el jabalí, no son pocos los que han decidido dar el paso y tratar de organizar monterías en sus cotos. Sin embargo, a pesar de la abundancia de este ungulado, cuando se cuenta con escasa experiencia y la preparación no ha sido adecuada los resultados no son siempre los esperados. Es necesario, por tanto, conocer las manchas a montear, las reses que hay en ellas mediante censos previos, identificando querencias y zonas de encame principales y preparar esas manchas cuando sea necesario mediante clareos, limpieza de cortafuegos y caminos, realización de siembras o mejora de los puntos de agua entre otros.
Hay que contar con organizadores profesionales que garanticen la seguridad.
De la mano de esta gestión forestal debe ir siempre la gestión cinegética, calculando los aprovechamientos, analizando la estructura de sexos y edades con el objetivo de consolidar las poblaciones y, por supuesto, mejorar los trofeos.
Para ello, seguramente habrá que prescindir de otras modalidades para garantizar el éxito de las monterías, esforzarse por hacer aprovechamientos selectivos cuando sea posible y evitar las repoblaciones con animales sin origen conocido y sin las obligatorias garantías genéticas y sanitarias.
Es evidente que, en muchas ocasiones, cuando el coto no se dedica exclusiva o prioritariamente a la organización de monterías, la tendencia general es a ‘abusar’ de las esperas o incluso de la caza en mano, que pueden causar molestias a las reses haciendo que salgan de las manchas y no aparezcan el día de la montería. El descanso del monte es una de las claves del éxito.
Otro elemento imprescindible para lograr los resultados esperados, protagonista indiscutible de una buena montería es el número y calidad de las rehalas. Es obligado no escatimar en este sentido para que una mancha quede bien monteada, contando con número suficiente de perros acompañados de rehaleros profesionales, capaces de llevarlos en una buena mano.
Tampoco podemos olvidar la necesidad de contar con organizadores profesionales y de seriedad que sorteen los puestos con justicia, organicen las posturas con orden y garanticen la seguridad de los monteros en todo momento, evitando la masificación innecesaria de las manchas o la ubicación de puestos en zonas de riesgo o en otras en los que es sabido por cualquier conocedor del monte que nunca rompería un jabalí.
Por otra parte, una adecuada entrada en la mancha el día de la montería es también crucial, debiendo ser ágil, rápida y bien organizada, cerrando primero el perímetro para luego completar las traviesas centrales de la misma, evitando así que las reses se levanten antes de tiempo y la abandonen cuando todavía no se haya iniciado la montería.
Además, las sueltas de los perros deben hacerse cuando todos los monteros estén bien colocados y apostados y, por supuesto, desde las zonas estratégicas, previamente señalizadas, para garantizar una batida completa y correcta de todas las manchas a montear.
La montería herramienta de gestión sanitaria
Es cada vez más preocupante –principalmente en las comunidades del centro y sur peninsular– el incremento de las prevalencias de enfermedades como la tuberculosis, tanto en la cabaña ganadera como en la fauna cinegética, principalmente en jabalí.
Este incremento de la tuberculosis no sólo supone un quebradero de cabeza para los ganaderos que ven año tras año como miles de cabezas son llevadas al matadero tras dar positivo en una prueba de control, quedando sus explotaciones limitadas para el comercio de animales vivos, sino también suponen una importante pérdida silenciosa de jabalíes, de la que no todos los titulares y gestores son conscientes.
Existen estudios científicos que demuestran como en determinadas poblaciones de este suido se producen mortalidades anuales a causa de la tuberculosis que incluso pueden superar el 40-50 % de la población, lo que supone una importante pérdida económica para ellos sin apenas darse cuenta del daño que están sufriendo, puesto que es difícil encontrar cadáveres de esos animales en el campo debido a la eficacia de oportunistas y carroñeros que son capaces de hacerlos desaparecer en un escaso periodo de tiempo.
Por ello, es necesario aprovechar las monterías para ser capaces de conocer el estado sanitario de nuestras poblaciones silvestres en base a los hallazgos observados en las juntas de carne de modo que tomemos consciencia de la dimensión del problema en nuestros cotos.
A partir de ahí es fundamental llevar a cabo actuaciones de gestión encaminadas a tratar de controlar la situación mediante acciones dirigidas a controlar la densidad tanto de fauna silvestre como del ganado presente en el entorno, tratando de evitar en lo posible el contacto entre ambos para limitar el mantenimiento y transmisión de la enfermedad.
Suelen ser determinantes los puntos de alimentación y de agua, lugares en los que coinciden ambos y que, de no ser suficientes y estar bien distribuidos, darán lugar a una elevada concentración de animales que favorecerá el contagio e incluso el mantenimiento de las bacterias en agua o alimento.
Otro de los aspectos determinantes en la montería, desde un punto de vista sanitario, es la adecuada gestión de los subproductos. Se trata de un tema controvertido en el que algunas administraciones han tratado de descargar toda la responsabilidad a gestores y orgánicas, estableciendo normas que determinan la obligatoriedad de llevar a cabo una retirada de esos subproductos por parte de empresas autorizadas, con el importante coste económico que eso supone. Sin embargo, no nos referimos a tener que llegar a este extremo, sino que existen soluciones intermedias tan o más eficaces que la mencionada.
La clave de una adecuada gestión es impedir que otros mamíferos tengan acceso a esas vísceras que quedan tras la recogida de las carnes, principalmente perros o el propio jabalí, ávido carroñero incluso de sus propios congéneres y, por tanto, vehiculador del problema. Si llevamos a cabo un enterramiento adecuado con cal en un lugar autorizado o, mejor aún, depositamos las vísceras en un muladar vallado con acceso único para aves carroñeras, no sólo conseguiremos interrumpir el ciclo de la enfermedad, sino que, además, estaremos contribuyendo a la conservación de un grupo de especies protegidas cuya labor es imprescindible en nuestros ecosistemas.
Para ello no es necesario invertir en grandes infraestructuras, sino contar con lugares en los que poder instalar un pastor eléctrico temporal y depositar los restos durante la mañana siguiente a la montería y no en la misma noche, para evitar, precisamente, su consumo por jabalíes u otros carnívoros.
Dignidad y señorío, inherentes a la montería
No queremos concluir el artículo sin insistir sobre dos aspectos que, por desgracia, son conceptos tradicionalmente bien arraigados en la montería española, pero que se han diluido ligeramente en los últimos años, probablemente de la mano de la presencia de esos advenedizos poco acostumbrados a montear como mandan los cánones, por no ser auténticos monteros.
Nos referimos a disputas presenciadas entre monteros por la titularidad de una res, muchas veces por no querer asumir o ni siquiera conocer una de las normas de oro de la montería española, que no es otra que el titular del animal abatido es el que hace la primera sangre.
Tampoco debemos olvidar que hasta el último momento debemos conservar el respeto por el animal cazado de manera que su manejo debe ser acorde con esta máxima, que debe verse reflejado también a la hora de inmortalizar la montería en forma de fotografías y vídeos, en las que debemos posar con respeto junto al animal, pero no sobre él y, sobre todo, evitar escenas desagradables en las que participan vísceras, sangre excesiva o, incluso, incomprensibles tratos vejatorios, que lo único que aportan son motivos de rechazo en una sociedad cada vez más alejada de lo rural y lo cinegético, de la mano de una intensa y falsa corriente pseudoecologista. CyS
¿Hasta cuándo se remontan los orígenes de esta modalidad?
La Tela Real, de Velázquez –montería de jabalíes en tela cerrada, con el rey Felipe IV– para el pabellón de caza en la Torre de la Parada, en El Pardo.
Como apuntábamos al inicio del artículo, se trata de una de las modalidades cinegéticas más antiguas e históricas, existiendo ya datos documentados de forma muy concreta de monterías celebradas como tal en la Baja Edad Media, y organizadas por diferentes casas reales y nobles de la época, fundamentalmente de las Coronas de Castilla, Portugal y algunas de Centroeuropa.
Entre los documentos más notables y exhaustivos sobre la montería, destacan, entre otros muchos el Libro de la Montería del Rey Alfonso XI, publicado en el siglo XIV, o el Livro da Montaría del Rey Juan I de Portugal, también de ese mismo siglo.
A partir de entonces se han ido celebrando monterías de forma muy similar y continuada hasta nuestros días.
Por Carlos Díez Valle y Carlos Sánchez García-Abad, Equipo Técnico de Ciencia y Caza (www.cienciaycaza.org) • Fotografías: Redacción
El conejo de monte, común o europeo (Oryctolagus cuniculus) es uno de los mamíferos ibéricos con mayor importancia ecológica y económica, siendo, a la vez, presa para numerosos depredadores y una de las especies cinegéticas más apreciada por los amantes de la caza chica.
Las poblaciones de conejo de monte se han visto mermadas de manera generalizada debido a la incidencia de dos enfermedades virales: la mixomatosis y la enfermedad hemorrágico-vírica (en adelante, RHD). Otros factores como la pérdida de hábitats óptimos o la presión cinegética también podrían haber contribuido a su declive en la península Ibérica.
Además, es necesario tener en cuenta que en la última mitad del siglo XX el paisaje mediterráneo ha sufrido grandes cambios por el abandono de usos tradicionales, la deforestación, el sobrepastoreo o la intensificación de la agricultura, entre otras causas, y muchos de estos cambios pueden haber sido perjudiciales para el conejo.
Sin embargo, y de forma paralela, los conejos están provocando daños a los cultivos en algunas zonas, donde la gestión busca disminuir la abundancia de esta especie o incluso intentar erradicarla.
Cazadores y agricultores responsabilizan a la administración del descontrol.
De este modo, en territorios relativamente pequeños pueden estar implementándose medidas de gestión con objetivos contrapuestos (aumentar o disminuir las poblaciones de conejo), lo que probablemente resta eficacia a cada estrategia por separado y, sobre todo, ayuda a aumentar la tensión social.
Esto es especialmente cierto en áreas cinegéticas donde, según la legislación española, los cazadores (que están interesados en mantener poblaciones de conejo para su caza) son los encargados de controlar los conejos cuando causan daños a la agricultura, mediante los métodos de caza que autorice –excepcionalmente o no– la administración responsable.
Éste es un ejemplo típico de conflicto asociado a la gestión de fauna silvestre: se trata de una especie que causa daños a la agricultura, pero que a la vez es importante por su valor ecológico en el ecosistema o por alguna otra razón para otros sectores de la sociedad.
En este artículo se muestran algunos de los resultados de un estudio cuyo objetivo fundamental es evaluar la percepción social del conejo y su gestión en los sectores fundamentales implicados: cazadores y agricultores.
El trabajo es fruto de una colaboración entre un proyecto de WWF –con apoyo de la Fundación Biodiversidad– y el proyecto de investigación Ecología, sociedad y gestión de fauna: el conejo en la península Ibérica (CGL2013-43197-R) llevado a cabo en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC), con la participación de investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC; CSiC-UCLM-JCCM), y las Universidades de Córdoba y Sevilla.
Metodología de trabajo
Para el estudio se ha encuestado a cazadores y agricultores en dos zonas distantes donde se producen importantes daños económicos de conejo a los viñedos: la campiña cordobesa y la comarca Tarraconense del Alt Camp. Además, en cada una de ellas habita una de las dos subespecies del conejo de monte: Oryctolagus cuniculus algirus, en Córdoba, y Oryctolagus cuniculus cuniculus, en Tarragona.
Los cazadores achacan parte del problema de daños a los cultivos a la baja disponibilidad de alimento alternativo en las zonas agrícolas.
A los encuestados se les preguntó sobre los conejos y los daños agrícolas, las medidas de gestión de daños, el papel e interrelaciones de los sectores implicados, las compensaciones y coste económico de las medidas preventivas, el papel de la Administración y sobre el valor del conejo en el medio natural.
Dividimos a los encuestados en tres categorías: agricultores sin licencia de caza (que llamamos simplemente ‘agricultores’), cazadores que no trabajan la tierra (‘cazadores’), y personas que eran simultáneamente agricultores y cazadores (‘agricultores-cazadores’) (Tabla 1).
Resultados
La mayor parte de los encuestados reconoce que los conejos en estas áreas agrícolas suponen un problema económico para los agricultores, y que el daño económico puede llegar a ser realmente importante (Figura 1) (Ver figuras al final del artículo).
Sin embargo, posiblemente influidos por el desastroso efecto sobre las poblaciones de conejos de la enfermedad hemorrágica, y en particular desde la aparición hace algunos años de la nueva variante (RHD-b/2), los cazadores tienden a considerar que los daños son algo del pasado, estando muy distantes en este punto con respecto a la opinión de los agricultores (Figura 2).
Prácticamente cuatro de cada cinco entrevistados (79,5%, N=649), independientemente de la provincia o de si son cazadores o agricultores, consideran que incluso, aunque haya descastes, los daños sólo desaparecen cuando los conejos son poco abundantes por otras causas (por ejemplo, enfermedades).
«Los agricultores consideran que el control realizado por el sector cinegético para reducir al nivel las poblaciones de conejo es insuficiente».
De igual modo, la mayoría (70,5%, N= 570) también se mostraron de acuerdo en considerar que la declaración de ‘emergencia cinegética’, y la consiguiente autorización de caza durante todo el año, es una herramienta útil para paliar los daños de los conejos.
Sin embargo, los agricultores tendieron a apoyar más esta idea que los cazadores (85% y 67% respectivamente).
Existe bastante grado de acuerdo en los cordobeses encuestados en que hay demasiados daños en los cultivos porque los conejos no tienen comida natural en el medio agrícola, creciendo el grado de asentimiento entre los cazadores. Sin embargo, esta afirmación no parece ser aceptada entre los tarraconenses, y menos aún entre los cazadores de esa zona (Figura 3).
Tanto agricultores como cazadores concuerdan en que la actividad cinegética no es eficaz para controlar los conejos porque éstos encuentran refugio en algunas zonas donde está prohibida su caza (por ejemplo, zonas de seguridad como vías férreas, carreteras, etcétera (Figura 4).
Además, con la única salvedad de los cazadores cordobeses, casi todos también consideran que la caza con escopeta no es eficaz para controlar los conejos, por lo que es necesario el empleo de hurones (Figura 5).
El control de depredadores parece uno de los aspectos que más polariza a agricultores y cazadores cordobeses (Figura 6): mientras que los primeros consideran que reducir el control de depredadores permitiría regular las poblaciones de conejo, los segundos discrepan.
Cada grupo se autoexculpa de responsabilidad a la hora de evitar los daños de los conejos. Por el contrario, todos coinciden en señalar a la Administración como la principal responsable de los mismos, opinión si cabe más extendida entre los agricultores y en el Alt Camp (Figura 7).
También se considera de manera generalizada que la Administración tiene criterios demasiado conservacionistas (Figura 8) y no presta atención a los problemas de los conejos en la agricultura (Figura 9), opiniones algo más frecuentes incluso entre los encuestados en la campiña cordobesa.
Es interesante destacar que la mayor parte de los entrevistados, y en particular los cazadores, consideran que la ausencia de conejos puede ser un problema para el medio natural, y concretamente para la caza (Figuras 10 y 11).
Conclusiones
El estudio ha encontrado una amplia coincidencia en las respuestas de cazadores y agricultores a la mayor parte de las cuestiones planteadas, especialmente a la hora de reconocer la gravedad de los daños y al asumir la primacía de los intereses de los agricultores sobre los de los cazadores. Un resultado similar se obtuvo con un estudio previo en base a entrevistas personales y en grupos reducidos realizado en las mismas zonas, y que sirvió para diseñar el cuestionario analizado en este artículo.
La participación conjunta aumenta la confianza entre cazadores y agricultores.
A pesar de estas coincidencias generales, cazadores y agricultores tienen algunas discrepancias notables en cuanto a la valoración del problema, sus causas y las posibles soluciones.
El grupo de agricultores-cazadores suele situarse en posiciones intermedias, aunque tiende a ser más próximo a las opiniones de los agricultores cuando se les pregunta por daños y problemas económicos, y a las de los cazadores en cuestiones que tienen que ver con la gestión de los conejos, así como su valoración del medio natural.
Por eso son un grupo de especial interés si se pretende mediar ante posibles conflictos entre agricultores y cazadores.
Los daños provocados por los conejos a los viñedos tanto en la campiña cordobesa como en el Alt Camp Tarraconense son relativamente recientes. Paradójicamente, dichos daños empezaron mientras la irrupción de la enfermedad hemorrágico-vírica provocaba el declive de los conejos en muchas áreas naturales peninsulares.
A pesar de ello, la reciente aparición de una nueva variante del virus de la RHD, mucho más patógena que la considerada ‘clásica’, parece haber contribuido a disminuir el problema de los daños, al menos en opinión de cazadores y agricultores-cazadores, y probablemente a reducir la tensión social.
Para la mayor parte de los cazadores tarraconenses, pero sólo unos pocos cazadores cordobeses, la abundancia de conejo en áreas agrícolas supone un problema para la agricultura. Los daños agrícolas son percibidos como un serio problema económico para la mayor parte de los entrevistados, pero, sobre todo, para los agricultores y agricultores-cazadores tarraconenses.
Por eso los agricultores, especialmente en Alt Camp, toleran poco los daños y piden un mayor control de la especie. Los cazadores, especialmente los cordobeses, se sitúan en la posición contraria, así que prefieren un control más suave del conejo.
Por consiguiente, los agricultores han valorado de manera mucho más positiva las declaraciones de zona de emergencia cinegética en los municipios de estas comarcas, mientras que los cazadores mayoritariamente rechazan medidas más agresivas para los conejos, como prolongar el periodo de caza o suprimir el control de depredadores.
Los cazadores cordobeses achacan parte del problema de daños a los cultivos a la baja disponibilidad de alimento alternativo en las zonas agrícolas, y en parte responsabilizan de ello a los agricultores.
Algunos estudios científicos realizados en la campiña cordobesa sustentan al menos parcialmente esta opinión. Por el contrario, puesto que, como ya se ha mencionado, la responsabilidad de controlar las especies cinegéticas donde causan daños agrícolas recae sobre los cazadores, los agricultores consideran que el control realizado por el sector cinegético para reducir al nivel las poblaciones de conejo es insuficiente.
Algo en lo que coinciden cazadores y agricultores es en responsabilizar a la Administración a la hora de evitar daños y compensar las pérdidas económicas causadas por el conejo. También coinciden al criticar la poca mediación que la Administración realiza entre ambos colectivos, la falta de atención a los daños agrícolas, y su excesivo conservacionismo a la hora de autorizar las medidas de control. En este sentido, los agricultores, especialmente los andaluces, son el grupo que se siente menos atendido por la administración.
Aunque se trate de un hecho reciente, los años trascurridos han ayudado posiblemente a que haya aumentado la sensibilización por los daños agrícolas entre los cazadores.
Este hecho no es baladí, puesto que, además de haber contribuido seguramente a una disminución en las tensiones, también habrá propiciado que el control de poblaciones de conejo mediante la caza se realice con mayor frecuencia y dureza en las áreas potencialmente más sensibles, o donde se prevén daños inminentes.
En cualquier caso, parece que el conflicto entre ambos colectivos es ahora menos grave, quizá ayudado por el efecto de la nueva variante del virus de la enfermedad hemorrágico-vírica. Y más teniendo en cuenta que una buena parte de los agricultores consideran la presencia de conejos en su zona como algo importante tanto para la caza como para el medio natural.
Por último, es necesario analizar mejor la relación de infraestructuras como autovías y carreteras con la propagación y persistencia de los conejos en las áreas agrícolas, ya que en dichos lugares su control es difícil o imposible.
Además, para reducir los daños agrícolas y disminuir las tensiones entre ambos colectivos, agricultores y cazadores coinciden en que sería fundamental una respuesta más rápida de la Administración a la hora de autorizar las medidas de control de conejos.
En este sentido, es posible que aplicar normativas más flexibles y no tan excepcionales como las leyes y decretos de emergencia cinegética permita un clima de mayor confianza entre cazadores, administración y agricultores.
Evidentemente, la participación conjunta aumenta la confianza entre cazadores y agricultores, así como la eficacia y coordinación de las actuaciones.
En este sentido, sería recomendable promover y potenciar este tipo de espacios y mecanismos.
La comisión ‘sobre el terreno’ creada en el Alt Camp a iniciativa de los agentes rurales, el mecanismo de avisos a la sociedad de cazadores a través de la cooperativa agraria de Montilla, o la participación de agricultores (y obviamente agricultores-cazadores) en las reuniones de las sociedades de cazadores, son algunos ejemplos de espacios de encuentro para la colaboración entre cazadores y agricultores que han dado buenos resultados en ambas comarcas. CyS
Por Jorge Ruiz Ruiz, Miguel Delibes-Mateos, Ramón Pérez de Ayala (WWF), Fernando Garrido, Francisca Castro,Beatriz Arroyo y Rafael Villafuerte • Fotografías: A. Sanz.
Los responsables de cerca de 11.000 cotos de caza españoles participan de forma activa en programas de conservación de especies protegidas como el lince, el oso, el urogallo y el águila imperial, entre otros. Esto supone que uno de cada tres cotos está comprometido con la recuperación de estas especies, tal y como refleja el ‘Informe de Impacto Socioeconómico de la caza en España’, elaborado por la consultora Deloitte para la Fundación Artemisan.De hecho, los terrenos cinegéticos son ideales para la recuperación de especies por su gestión, por lo que suelen ser los espacios seleccionados para trabajar con las especies más delicadas, como es el caso del lince.
El presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López-Schümmer, recuerda que la caza es una actividad “legal, legítima y, sobre todo, necesaria”, sin la que se perdería el equilibrio de los ecosistemas. En este sentido, es imprescindible el control de poblaciones de especies -como el caso del jabalí-, así como la gestión que lleva a cabo el sector cinegético para mejorar el entorno. También ha recordado que el sector de la caza es el principal inversor privado en todo lo relacionado con la conservación del medio ambiente, con más de 230 millones de euros anuales.
Además, muchos Parques Nacionales y la mayoría de espacios protegidos actuales en España fueron, en sus orígenes, cotos de caza, de forma que el aprovechamiento sostenible de especies cinegéticas y su cuidado han contribuido a que lugares de un alto valor ecológico hayan llegado a nuestros días. Es el caso del Parque Nacional de Picos de Europa (Asturias, Castilla y León y Cantabria), Parque Regional de la Sierra de Gredos (Ávila), Parque Nacional de Doñana (Andalucía), Monfragüe (Cáceres), Cabañeros (Ciudad Real) y la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila (Zamora), entre otros.
Y es que la caza está asociada históricamente a espacios de gran valor ecológico. Por una parte, tal y como recuerda el informe de Deloitte, la caza mayor constituye una herramienta más dentro de la gestión ambiental. Ciertas especies de ungulados, como los ciervos y arruís, ayudan a paliar los efectos negativos de la desaparición de la ganadería tradicional en extensivo, mediante la ingesta de hierbas y alimentos que solían ser alimento para vacas, ovejas y cabras, contribuyendo así al mantenimiento de hábitats como la Dehesa y otros localizados en media y alta montaña, al tiempo que ayuda a prevenir incendios. A su vez, las piezas de caza mayor proporcionan alimento a aves carroñeras como los buitres.
En el caso de la caza menor, su gestión y conservación es imprescindible para que especies protegidas como águilas y linces puedan encontrar la alimentación que necesitan para su supervivencia.
La Asociación del Corzo Español (ACE), que ha participado activamente en la IX Reunión sobre Ungulados Silvestres Ibéricos (RUSI) celebrada en Granada en fechas recientes, considera muy positivo que entre las conclusiones de dicha reunión científica se afirme que “la caza se perfila como una herramienta de gestión necesaria” para regular las poblaciones de ungulados silvestres ibéricos.
En dicha reunión, que ha reunido a una relevante representación de la comunidad científica de España y Portugal, se han puesto de manifiesto los problemas que el crecimiento de las poblaciones de ungulados silvestres están provocando en sus relaciones con el hábitat que ocupan y con el ser humano. Esta problemática ya quedó patente en el IV Simposio sobre el Corzo en la Península Ibérica organizado por la ACE en 2016, cuyo lema “De la expansión al equilibrio” fue elegido, precisamente, para resaltar la necesidad de gestionar las poblaciones de ungulados a fin de minimizar los conflictos generados por esas altas densidades (accidentes de tráfico, daños a cultivos o a ecosistemas forestales, enfermedades, etc.).
La ACE celebra la consideración, por parte de los científicos participantes en el RUSI, de la caza como una “herramienta de gestión necesaria” para regular los ungulados ibéricos
Las conclusiones de la novena edición del RUSI inciden en la necesidad de una caza racional y equilibrada para el control eficaz de las poblaciones de ungulados, destacando, como importantes trabas para conseguir los fines propuestos, la evidente reducción del número de cazadores así como la percepción negativa de la sociedad frente a esta actividad. En este sentido, se ha contemplado la necesidad de la inclusión en la gestión de los ungulados de aspectos sociales, educativos, de concienciación, corresponsabilidad y, sobre todo, de la búsqueda de buscar alianzas en la solución de estos conflictos, máxime en una sociedad cada vez más urbana con una creciente percepción idealizada de la naturaleza.
Por otra parte, gran parte de los trabajos presentados en este certamen hicieron referencia a las enfermedades y parasitosis emergentes en los ungulados, su evolución y su incidencia en hospedadores silvestres y domésticos. En muchos casos, como ocurre con el corzo, la irrupción de enfermedades tiene su causa en las altas densidades y/o la ausencia de una correcta gestión de sus poblaciones.
La ACE ha presentado a este IX RUSI, dentro del grupo de ponencias dedicadas a la Investigación y Gestión de Poblaciones, los resultados del Proyecto Hypoderma desarrollado durante los últimos años. Además y fruto de los convenios de colaboración que tiene establecidos con importantes instituciones científicas españolas, la ACE ha contribuido a la presentación de varias ponencias en forma de panel relacionadas con el corzo y su gestión, como son los resultados del Proyecto Aequilibrium y algunas conclusiones sobre aspectos reproductivos del corzo, obtenidas a partir de muestras tomadas en las Jornadas de Corzas organizadas por la ACE el pasado invierno.
La Real Federación Española de Caza (RFEC) y las Federaciones Autonómicas de Caza están trabajando a contrarreloj junto con la Subdirección General de Sanidad e Higiene Animal y Trazabilidad del Ministerio de Agricultura (MAPA), para definir una estrategia a nivel nacional de prevención, vigilancia, control y erradicación de la mixomatosis en las liebres.
Dicha estrategia está encaminada a armonizar, sobre una base científica y técnica sólida, las pautas de prevención y tratamiento de esta enfermedad, evitando los bulos con falsas informaciones y tratamientos no contrastados que están siendo difundidos por redes sociales, y que en nada ayudan al control de esta nueva patología infecciosa en España.
En la jornada de trabajo prevista participarán los mayores expertos en los distintos aspectos que afectan a la mixomatosis, como virólogos, parasitólogos, bioquímicos, catedráticos de sanidad animal, ingenieros de Montes, altos representantes del Ministerio, etc., para consensuar la línea de trabajo a establecer, que definirá y coordinará las medidas a tomar sobre esta enfermedad y el correcto manejo y gestión de liebres sanas e infectadas.
Además, las distintas Federaciones Autonómicas en estos días están teniendo reuniones con las distintas sociedades de cazadores, realizando recomendaciones para los cotos donde están apareciendo liebres con mixomatosis, entre ellas reducir las capturas, no cazando la liebre con escopeta y reduciendo los cupos para caza con galgo; retirar del campo los ejemplares muertos que se encuentren para evitar potenciales focos de contagio; evitar el desplazamiento de cadáveres de animales infectados; tener cuidado en los desplazamientos de los propios cazadores de zonas infectadas a zonas no infectadas, dado que puede transportarse el virus de una zona a otra.
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Los días 3 y 4 de noviembre se celebrará, en la localidad madrileña de San Agustín de Guadalix, el XXI Campeonato de España de Recorridos de Caza con Arco y Caza al Vuelo, organizado por la Real Federación Española de Caza (RFEC) en colaboración de la Federación Madrileña de Caza (FMC).
En concreto, la prueba de recorridos de caza con arco se llevará a cabo el día 3 de noviembre en las instalaciones del Club Arqueros de Madrid, en San Agustín de Guadalix, y al día siguiente se disputará la caza al vuelo con arco en el coto M-10904 de esta localidad, siendo los directores del campeonato Daniel González, delegado nacional de Competiciones con Arco de la RFEC, y Alberto López, delegado autonómico de Competiciones con Arco de la FMC.
En recorridos de caza con arco podrán participar los seis primeros clasificados de caza modalidad y categoría, y en caza al vuelo con arco podrán tomar parte tres parejas por federación autonómica. Este Campeonato de España se desarrollará de acuerdo con las reglas técnicas vigentes y las reglas técnicas complementarias a esta convocatoria y el cierre de inscripciones se realizará el día 26/10/2018, debiendo remitir las federaciones autonómicas a la RFEC la relación de las inscripciones realizadas el día 30 de octubre. Las inscripciones se enviarán por email a escuela@fmcaza.es.
PROGRAMA Día 2 de noviembre
-15:00 a 19:30 h.: recepción de participantes, entrega de dorsales y revisión de documentación y material en las instalaciones del Club Arqueros de Madrid, en San Agustín de Guadalix. Se podrá utilizar la zona de tiro habilitada para entrenar.
-20:00 h.: cocktail de bienvenida en el Club Arqueros de Madrid.
Día 3 de noviembre
-7:30 h.: formación de patrullas.
-8:30 h.: inicio de la competición
-15:00 h.: almuerzo de clausura y entrega de premios en el Club Arqueros de Madrid.
Día 4 de noviembre
-8:30 h.: recepción de participantes, entrega de dorsales y revisión de documentación y material en las instalaciones del Club Arqueros de Madrid, en San Agustín de Guadalix.
-9:30 h.: traslado al coto.
-10:00 a 13:00 h.: inicio de la competición.
-13:00 a 14:30 h.: prueba de caza al vuelo sobre platos lanzados.
-14:30 h.: almuerzo de clausura y entrega de premios en el Club Arqueros de Madrid.
La Federación Extremeña de Caza recomienda a las sociedades locales que esta temporada no cacen liebres aplicando en cada caso criterios de autogestión.
Así, ante la situación generada por la mixomatosis, y en la línea de lo ya indicado en el protocolo de actuación publicado en su día, FEDEXCAZA considera que en estos momentos lo más responsable sería suspender la caza de una especie muy afectada por esta enfermedad.
En este sentido, FEDEXCAZA hace un llamamiento a las sociedades locales para que den un paso al frente y, por encima de todo, apliquen criterios de responsabilidad, de autogestión y de seguridad. Para la Federación, es un momento clave para una especie esencial para el equilibrio y el futuro de nuestros ecosistemas, por lo que debe ser el sector cinegético el que, una vez más, asuma la responsabilidad de trabajar por la conservación del medio.
Y es que la elevada mortandad que está empezando a causar la mixomatosis en las liebres extremeñas hace imprescindible preservar poblaciones sanas de la especie de cara a su recuperación para próximas temporadas.
Asimismo, FEDEXCAZA recuerda que ante los casos con síntomas deben seguirse las recomendaciones ya lanzadas en su momento. Así, es fundamental recoger los ejemplares enfermos de la manera correcta y sin que las muestras se contaminen. Además, para evitar la propagación del virus es fundamental evitar traslocaciones y repoblaciones de liebres una vez que se tenga confirmada la presencia del virus.
Cuando se encuentre un ejemplar de liebre muerta, es importante almacenarla refrigerada –no congelada- y contactar con la Federación Extremeña de Caza para tramitar su posible recogida y posterior análisis (en el teléfono 924171024 o a través del correo electrónico fedexcaza@hotmail.com).
Llevo dos chatos jóvenes en la rehala que tienen más locura que consciencia. De esos que pegan tirones de la collera en el camión. De esos que te lamen los delantales diciéndote: “Aquí están mis arrestos y si hace falta me los meriendo”, de esos que no tienen fuerza pero más valor que un batallón de suicidas.
Voy a lomos de Talibán, ese castaño morcillo maldecido por Asesino. Porque la estela del alazano pesa más que su propia historia. Y las comparaciones -siempre erróneas- hacen que se nublen las bondades, los arrojos y los valores. Y este cruzado tiene ganas de no vender barata su derrota y para demostrarlo parte el mosquero a trancos de a metro.
La Solana de Cordones es testigo de mi mayor secreto. De mi dolor más profundo. A las cuatro de la mañana le he confesado a mi jaco que no nos volveremos a ver en aquella inmensa sierra. Es mi última partida en aquel jaral. Es mi primer final. En pocas semanas me iré para no regresar jamás. Pero llevo dos perros de presa que tienen que coger la afición que yo no alcanzo. Guardo mis sinceridades para convertirlas en instintos. Hoy tengo que bautizar a uno de ellos como montero de pro. Y los problemas más densos se baten con el filo de un cuchillo de remate. Y no hay más.
El día avanza. Todo fluye como fluyen las cosas buenas. Ladra Tenazas, Charneca, Charangas y Trizón. Suenan tiros en la traviesa pero todo acontece con el disparate o dislate del espectáculo de la montería. Esos dos alanos, de nombre Ignacio y Jacobo, pegan arreones con sabores de valor, de coacción y de imprudencia. Sin peso ni bíceps. Pero con dos pares de pelotas. Talibán resopla admitiendo y aceptando la soberanía de esos dos mocosos que revolotean entre sus remos sin miedo ni quietud. Sin temor. Cándida juventud. Bendita adolescencia. Bienaventurados los valientes que no saben lo que es el miedo.
Laten los perros en la Hoya del Águila. Ladra el Rompe orilla de una casquera. Le fijan Bombita, Artillero, Atrevido, Gitanillo y Cordobés. Es un guarro de velas, de esos que arrastra cuatro varas de chorizos. Se sabe cautivo por la traviesa, reo por la cuchilla y condenado por los podencos. Vuela sierra abajo. Me grita un perrero vestido de azul. El cochino inmenso va dispuesto a matar o morir. Corre jinete o tu calma es nuestra muerte. Corre Talibán y demuestra de qué estás hecho, que tu antecesor marcó un hito, y que la Sierra te regala o te roba toda la mano en cada mano de cartas.
Mi castaño arribó a un tercio de descabello donde el toro estaba sin estocada. Desmonto prudente. Sabiendo que tengo delante a cien kilos de mala leche, entretenido por un puñado de perros que ese día querían hacer justicia.
Desenfundo el acero, sin inmutarme, viendo cómo ese monstruo rajaba y se enseñaba con la verdadera fuerza viva y real del espectáculo de la Montería. Mi caballo resopla, me dice algo, oigo un grito detrás… Esos dos alanos cachorros y cuajados de valor quieren demostrar hombría pero sus pulmones y piernas son inferiores a su valor. Mi montura suplica tres segundos de cortesía. El cielo se abre para dar salida a un sol de enero. Hasta mis perreros jalean pidiendo asilo para dos jabatos que van directos a matar o morir, pero dispuestos a no perder su oportunidad.
Se para el mundo porque todos y todo están pendientes de un desenlace en el que hay en juego mucho más que un agarre a un tremendo cochino.
Ignacio Teruel y Moral se hizo novio en la Dehesa de Castilseras demostrando su destreza como cazador de reses dando muerte a cuchillo a un cochino de nueve arrobas. En su locura de cachorro desenfrenado sólo pudo subir a su lomo y aferrarse con piernas y bravura a la muerte o a la vida. Prendió el acero con sangre de conquistador, con ansias de ganar. Y le metió el hierro hasta los gavilanes demostrando al mundo que nada ni nadie le hará descabalgar.
Subí al caballo tras abrazar a mi sobrino ebrio de energía y adrenalina. Mientras hacían la foto de rigor, embelesados por la hazaña, desde lo alto de la cuerda gritó un perrero: “¡Olé tus cojones, rapaz!”.
No pude contenerme, los sentimientos se me agolpaban. Aquel 13 de enero le devolví el envite a la sierra que me estaba retando con más altanería que nunca. Reuní al castaño, giré con nervio a mi alrededor y con todos mis pulmones glorié: “¡¡Viva el novio!!”,
Enhorabuena, querido Ignacio. Fue un orgullo admirar tu bravura extremeña. A por todas. Que la vida es un regalo. ¡¡A por ella!!